Llegué a Pintamigos con mucho temor de que mi pequeña regalona no fuera una de las tantas bebes que son maltratadas en los jardines, sentimiento que muchos padres pueden compartir conmigo. Pero me encontré con hermosas personas llenas de ganas de entregar amor, conocimiento y con muchos deseos de enfrentar el desafío que cada niño significa. Esta hermosa e inolvidable experiencia quedó marcada en el corazón de mi hija y de mi familia, la cual siempre fue tratada con amor y reconocimiento. Estoy feliz de haber pertenecido a esta linda y acogedora comunidad y segura de que la elección que tome de colocar a mi pequeña fue la correcta. Gracias a cada una de las tías por su devoción en el trabajo diario con cada niño, por el esfuerzo de mantener este proyecto en pie con todas las actividades y por incluir a los padres en este hermoso proceso de aprendizaje. Sin duda, ni mi familia ni Aitana las olvidaremos.